Essaouira: Qué ver
- isaleonviajes
- 27 ene 2016
- 3 Min. de lectura
Essaouira es una acuarela de colores perfecta, de horizonte azul que contrasta con las fortificaciones de color ocre rosado y con sus casas blancas de marcos azules.
Lo primero que se debe visitar en Essaouira es la ciudad amurallada (declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001). Está dividida en tres partes: la medina, la Kasbah y el mellah (antiguo barrio judío). Este último lo visitaremos con precaución ya que por la tarde-noche está frecuentado por yonkis y puede ser peligroso. Pediremos consejo y, quizá, que nos acompañen a Joseph, encargado de nuestro alojamiento allí.

La Medina de Essaouira
Los coches tendremos que aparcarlos en Bab Sebaa, final del paseo marítimo, en Bab Marrakech o cerca del puerto ya que en la medina no se puede circular con vehículos, siendo este último el que nos han recomendado.
Blanca y azul, invita a pasear y descubrir en el interior de las murallas del siglo XVIII, sus espléndidas casas con puertas y ventanas labradas de delicados detalles arquitectónico. Las galerías de arte, el sonido de la música Gnawa, sus y los murales callejeros nos invitan a pasear, entre los arcos de la antigua medina.
Rodeada de murallas, con tres puertas, al norte Bab Dukala, al este, Bab Marrakech, junto al paseo marítimo Bab Sebaa, sobre las murallas los cañones miran al océano.
Frente al puerto, tenemos la fortaleza o Skala del puerto con dos torres defensivas. En la cara del mar destaca la fortaleza de la Skala de la villa, rodeada de muros artillados, en cuyo interior están los mejores artesanos de la madera del país. Desde ahí se puede contemplar el fuerte oleaje del Atlántico. Este bastión tiene una importante colección de cañones europeos de los siglos XVIII y XIX.
Las calles son rectas, amplias y muy bien trazadas, en semejanza a una ciudad europea. En ellas el suave perfume de la madera de tuya nos guía hacia los artesanos. Si vienes del puerto entra por la puerta de la Marina, pudiendo subir a la torre de la Skala del puerto, con magníficas vistas del mar y la ciudad.

En su interior destaca la plaza de Mulay el Hassan, corazón de la villa, rodeada de cafés y terrazas donde puedes deleitarte con el ambiente al atardecer. Ver también la Gran Mezquita, la calle Siaguin, donde trabajan los orfebres de plata, y las placitas de Bab el Sebaa y Chez Chaoni, donde está el famoso café L´Horloge, lugar de actuación de músicos callejeros.
Entre las calles destacamos también la de Mohamed ben Abdala, comercial con numerosas tiendas, que termina en la Mellah, o antiguo barrio judío.
El antiguo palacio del Pachá, del siglo XIX, alberga el museo de artes nacionales, con una exposición de instrumentos, joyas, armas y trajes.
Al norte se extiende el antiguo barrio judío o Mellah, rodeado de un mercado, junto a la puerta norte o de Dukala. En sus exterior se encuentra el cementerio europeo.
Es de interés las ruinas de la iglesia portuguesa.
En el puerto junto a las barcas de pesca, están los restaurantes populares que invitan a saborear el pescado recién sacado del mar

Paseando por el zoco
Zocos: sin duda uno de los atractivos de Essaouira, como en todo Marruecos, es perderse y comprar en sus zocos la gran variedad de productos que ofrecen: aceite de argán, artesanía, especias, puestos de comida, piel,alfombras, baratijas, artículos de madera de cedro, plata, joyas y todo lo imaginable se vende aquí. Y todo el mundo viene a comprar carne, pescado, verduras y cualqueir producto que necesite ya que es el “mercado de abastos” de la ciudad. Un buen lugar para pasear, sin los agobios de otros zocos donde los vendedores a veces resultan demasiado pesados e ideal para regatear y comprar ya que suelen tener mejores precios que en otras grandes ciudades de Marruecos.
La ciudad nueva se extiende con su paseo marítimo al sur y al este de la medina. Frente a la playa se encuentran los principales hoteles.
Más información...
Comments