Historia: Así comienza la ciudad roja del Mediterráneo
- Fuente Lonely Planet
- 7 dic 2015
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Historia
Numerosas caravanas del desierto atravesaban este lugar antes de que el líder almorávide bereber, Yusuf ibn Tasfin y su sabia esposa Zeinab reconocieran su potencial estratégico y construyeran murallas alrededor del campamento en el año 1062. Los almorávides construyeron el khettara (sistema de riego subterráneo) de la ciudad y la típica arquitectura de adobe color rosado. Pero cuando los guerreros almohades irrumpieron violentamente en la ciudad, solo dejaron sin tocar las canalizaciones y el Koubba Ba’adiyn. El almohade Yacoub al-Mansour remodeló Marrakech con una kasba fortificada, magníficos jardines y qissaria (mercados cubiertos); reconstruyó las mezquitas de la Koutoubia y de la Kasba y una puerta triunfal (Bab Agnaou). Pero los almohades perdieron pronto su obra maestra frente a los benimerines, que desviaron su atención real hacia Mequínez y Fez.
La suerte volvió a sonreír a la ciudad en el s. XVI, cuando los saadíes convirtieron Marrakech en centro neurálgico de las rutas comerciales de azúcar. Con las ganancias, el sultán Mulay Abdullah reconstruyó la mezquita y la madraza almorávides Alí ibn Yusuf, estableció un centro comercial para cristianos y un mellah(barrio judío) protegido en 1558. Su sucesor, Ahmed al-Mansour ed-Dahbi (el Victorioso y Dorado), amante del lujo, mandó cubrir de oro el palacio el-Badi y llevó la opulencia al extremo en las doradas tumbas saadíes.
El líder alauita Mulay Ismail prefería la dócil Mequínez a la difícil Marrakech, por lo que trasladó allí su cuartel general, no sin antes saquear el palacio el-Badi. Marrakech se sumió en un período de descontrol, en el que los poderosos pugnaban por el control. Los que se impusieron construyeron riads de lujo, pero dejaron que las murallas de la medina se vinieran abajo, y buena parte de la población tuvo que vivir precariamente en abarrotados fondouqs (pensiones). En 1912 el Protectorado francés otorgó al pachá Glaoui el poder sobre el sur de Marruecos y varios palacios de la medina, mientras los colonizadores franceses y españoles construían la ville nouvelle. Después de que el movimiento de independencia dejara lloriqueando al pachá ante el rey Muhammad V, el Marruecos independiente se organizó. Rabat se convirtió en capital de la nación, Fez continuó siendo el centro espiritual y Casablanca se dedicaba a los negocios, como siempre. Pero, ¿qué sería de Marrakech?
Sin un papel claro, la ciudad retomó su rol de caravasar y vivió un resurgimiento sin precedentes en la nación. Hippies errantes y en búsqueda de espiritualidad impulsaron la mística de la ciudad en las décadas de 1960 y 1970, y las visitas de los Rolling Stones, los Beatles y Led Zeppelin dieron a Marrakech una gran relevancia. La moda llegó con una fuerza imparable de la mano de Yves Sain Laurent, Jean-Paul Gautier, los editores de Vogue y supermodelos, todos en busca de alojamientos chic. En la década de 1990 las mansiones privadas de la medina se convirtieron en B&B mientras las aerolíneas de bajo coste empezaban a soltar turistas de fin de semana frente a las puertas tachonadas de los riads.
La ciudad ha doblado su tamaño y espera ansiosa la llegada de los viajeros. Después de mil años de hospitalidad, la explosión de una bomba en Djemaa el-Fna en el 2011 dejó a Marrakech en estado de shock. Pero después de haber sobrevivido a tragedias y triunfos históricos, la urbe supo lo que tenía que hacer: secó sus lágrimas, recobró el sentido y preparó otro té con menta.
Fuente: Marruecos 6 (agosto del 2011)
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